(DES)DIBUJAR FRONTERAS / INAUGURAR FRONTERAS

(DES)DESENHAR (DES)DIBUJAR FRONTEIRAS FRONTERAS / INAUGURAR INAUGURAR FRONTEIRAS FRONTERAS

9 - FAU-UChile: Errare humanum est ... Integrales urbanas por deriva(da)s

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Workshop FAU-UCHILE: ERRARE HUMANUM EST...
INTEGRALES URBANAS POR DERIVA(das)


Título                          : Errare humanum est... Integrales urbanas por deriva(da)s
Prof.  Responsable(s)  : Mauricio Arnoldo Cárcamo Pino, Académico FAU-UCHILE                                                                               Víctor Alegría Corona, Académico FAU-UCHILE
Prof. Invitado(s)           : Mara Santibáñez Artigas, Académica Facultad de Artes, UCHILE
Monitor(es)                  : Bruno Delgado, ETSAM, Universidad Politécnica de Madrid   
Organizador                : Facultad de Arquitectura y Urbanismo, U de Chile (FAU-UCHILE)
Invitadas/os                 : Facultad de Artes, Universidad de Chile
Localización                : Santiago de Chile (centro-sur), Región Metropolitana, Chile
Lugar de reunión         : Patio Da Vinci — (FAU-UCHILE) Portugal # 84
Duración                     : 8 horas
Fecha y hora               : Sábado, 21 de noviembre (Salida FAU: 09:00 hrs.)[1]
Público objetivo          : Pregrado, FAU-UCHILE
  Pregrado Facultad de Artes – UCHILE
  Otros
Cupos disponibles      : 50 participantes (Aprox.)
Materiales requeridos  : A definir por cada participante
Valor adhesión            : Gratuito
Website                       : http://representar2015.blogspot.com.br/
Inscripciones              : http://goo.gl/forms/AhrSmL3x0n
Contacto                      : mauricio.arnoldo.carcamo.pino@uchile.cl


TEMÁTICA

A partir del lema del encuentro, «(des)desenhar fronteiras/ (des)dibujar fronteras/ inaugurar fronteiras/ inaugurar fronteras», se propone como modo, la «deriva/phalène» para un abordaje y reconocimiento de la ciudad (cada ciudad sede), desde el concepto de frontera, no tanto como una línea demarcada que separa cosas diferentes, sino mas en el sentido antiguo (y ampliado) de término, como “limex”, aquella extensa faja fronteriza que delimitaba, de forma difusa, un territorio del Imperio Romano. Un territorio, este del limex, poco definido y por cierto, circunstancialmente mutable, todavía cultivado. Un espacio que disfrutaba del intercambio entre integrados y desintegrados, entre civitas y barbarie, donde fue posible crear las condiciones de florecimiento de una sociedad menos condicionada por el modelo dominante de interpretación del mundo y todavía abierta a nuevas percepciones y descubrimientos. Definitivamente un territorio que precisa ser (des)dibujado e inaugurado día a día.


DERIVA TEÓRICA

«El andar condicionaba la mirada, y esta condicionaba el andar, hasta tal punto que parecía que sólo los pies eran capaces de mirar»
ROBERT SMITHSON citado en (GÓMEZ VARGAS, 2003)

«Según Siegfried Giedion, el nacimiento del primer volumen en el espacio era representado en la cultura egipcia con el mito del benben, «‘la piedra que emerge por vez primera del caos’, un monolito que habría representado la petrificación vertical del primer rayo solar y que iría ligado a la simbología de los menhires, los obeliscos y las pirámides» (CARERI, 2014).

«El primer objeto situado del paisaje humano nace directamente del universo del errabundeo y del nomadismo. Mientras el horizonte es una línea estable más o menos recta en relación al paisaje donde se encuentra el observador, el sol sigue una trayectoria más incierta, puesto que realiza un movimiento que sólo parece claramente vertical en sus dos momentos más cercanos al horizonte: el alba y el crepúsculo. Es probable que fuese para estabilizar la dirección vertical por lo que fue creado el primer elemento artificial del espacio: el menhir» (CARERI, 2014).

«La palabra 'menhir' proviene del dialecto bretón y significa "piedra larga" (men = ‘piedra’, hir = ‘larga’). La erección de un menhir representa la primera transformación física del paisaje de un estado natural a un estado artificial» (CARERI, 2014). «Los menhires aparecen por vez primera en la era neolítica, y constituyen los objetos más sencillos y más densos de significado de toda la Edad de Piedra. «El menhir, el primer objeto del paisaje a partir del cual se desarrolla la arquitectura, procede de los cazadores del paleolítico y de los pastores nómadas. […]. Su levantamiento constituye la primera acción humana de transformación física del paisaje: una gran piedra tendida horizontalmente en el suelo y, sin embargo, tan sólo una simple piedra sin ninguna connotación simbólica. Pero su rotación de noventa grados y el hincarla en la tierra transforman dicha piedra en una nueva presencia que detiene el tiempo y el espacio: instituye un tiempo cero que se prolonga hasta la eternidad, así como un nuevo sistema de relaciones con los elementos del paisaje circundante» (CARERI, 2014).

Así entendido, pareciera ser que lo cívico de la cívitas está íntimamente ligado con la concentración letrada humana, con la reunión en torno un punto (teórico al menos), un punto que se significa, se verticaliza y se densifica. La sobreposición tautológica de menhires, el erguir porfiado de ‘perdas litteradas’ como practica social, comunicativa y constructiva que se opone a la extensión del horizonte bárbaro, pareciera definir la urbanidad humana. La barbarie por contraste, apela a la dispersión, a la extensión y a la horizontalidad, tiende a la entropía y la mixtura de materia, gravedad y geografía.

¿Cómo recorrer ese limex sin conocer sus formas? ¿Cómo re-presentarlo si no se le mide, se le compara o limita? ¿Cómo mirar de nuevo si no se está perdido?

Walking as knowing as making. A peripatetic investigation of place spring 2005   Deriva Situacionista – Guy Debord  Phalène - Godofredo Iommi - Obélix portando su menhir  -  Andar como práctica estética - Careri        
 

EL WORKSHOP

«Importa poco no saber orientarse en una ciudad. Perderse, en cambio, en una ciudad como quien se pierde en el bosque, requiere aprendizaje. Los rótulos de las calles deben entonces hablar al que va errando como el crujir de las ramas secas, y las callejuelas de los barrios céntricos reflejarle las horas del día tan claramente como las hondonadas del monte» (BENJAMIN, 1982)

Considerando por una parte, la Deriva[2] (comportamiento lúdico-constructivo) y la Phalène[3] (acto poético/plástico) como modos experienciales de hacer, y por otra, asumiendo la cuidad como objeto a problematizar desde su frontera difusa (limex) entre lo cívico y la barbarie; el Workshop se sitúa como una acción colectiva de aprendizaje por tanteo, una deriva exploratoria y de errabundeo (re) presentacional, lúdica, poética y plástica, que hurga entre la cívita cognitiva y la barbarie visceral.
Se propone la realización de una sección —corte conceptual— que diseque radialmente el binomio ciudad/territorio y evidencie con ello, no solo la relación entre centro-periferia sino que devele sus intermedios, el ‘entre’ que nos interesa. Se piensa un errabundeo que conecte centro y periferia vinculando el máximo menhir de Santiago de Chile, con la horizontalidad de la barbarie, allí donde la geografía simplemente acontece.

El orden “lógico” sugiere ir desde el centro a la periferia, sin embargo, este sigue siendo fundado desde la comodidad de lo urbano. Por lo anterior, hemos decidido invertirlo, salir de nuestra zona de confort seccionando desde la periferia al centro, desde el estar perdido al re-orientarse de nuevo, esta vez de forma diferente, un viaje desde lo cultivado espontáneamente al falo máximo de la urbanidad.
                                                      
En los dibujos de contornos escuetos de Kimon Nicolaïdes, el lápiz divaga libremente sobre el papel, dejándose llevar por la percepción directa ojo-mano sin pasar por el pensamiento, reinventando el trazo en encada movimiento y desde el propio movimiento. De igual modo y rimando con esa manera de dibujar, la deriva propuesta especula entre lo territorial y lo urbano, entre la certeza nítida y la duda fisgona, ambas constituyentes del limex que da soporte existencial a integrados y desintegrados, a la ciudad collage que compartimos imbunches[4] y señores.

El workshop hipotetiza exploración en dos nivel: como ejercicio y como intervención: puesto que interesan de igual modo tanto los productos y/o representaciones obtenidos de la ciudad, como la acción (re)presentacional misma de derivar urbanamente en sección.

Cargaremos solo nuestros lápices, papeles, algunos artefactos de registro y algo de comida, suficientes pertrechos para intensificar el (auto) abandono errabundo que buscamos.

Caben en nuestra transurbancia, la deriva situacionista de Debord, el andar como práctica estética de Careri y la Paléne de Iommi como acto poético/plástico urgente. En nuestros intentos de seccionar, invitamos a tantear curiosos la Ciudad collage de Colin Rowe, los imbunches urbanos y sus barrios tuertos descritos por Franz, a explorar los lugares de Bauman y los no lugares de Augé, el espacio basura de Koolhaas y otras tantas especies de espacios aún no hallados por Perec. Invitamos a pesquisar en nuestros trazos sobre el papel — y la ciudad—, la cualidad sin nombre de Christopher Alexander, la qualia o genius loci del espacio limex.

KEYWORDS: Representación, Deriva, Situacionismo, Transurbancia, Psicogeografía, Errar, Phalène, Acto Poético, menhir,  lugar, no lugar, sección.


BIBLIOGRAFÍA

ALEXANDER, C. (1981). El modo intemporal de construir (Primera Edición ed., Vol. 1). (I. MENÉNDEZ, Trad.) Barcelona, España: Editorial Gustavo Gili.

BENJAMIN, W. (1982). Infancia en Berlín hacia 1900 (Segunda Edición ed., Vol. 1). (K. WAGNER, Trad.) Madrid, España: Ediciones Alfaguara S.A.

CÁRCAMO PINO, M. A. (2015). Luthiers de Imbunches. Universidad de Chile, Facultad de Arquitectura y Urbanismo. Santiago de Chile: Inédito.

CÁRDENAS ÁLVAREZ, R. (1998). El libro de la Mitología. Historias, leyendas y creencias mágicas obtenidas de la tradición oral (Segunda ed., Vol. 1). (R. CÁRDENAS ÁLVAREZ, Ed.) Punta Arenas, Chile: Editorial ATELI y Cía. Ltda.
CARERI, F. (2014). Walkscapes. El andar como práctica estética (2014 (2a edición , 2a tirada) ed.). Madrid, España: Editorial Gustavo Gili.

CRUZ PRIETO, F. (23 de septiembre de 1993). http://www.ead.pucv.cl/. (P. U. VALPARAISO, Ed.) Recuperado el 19 de abril de 2015, de Una clase de la Observación: http://www.ead.pucv.cl/carreras/una-clase-de-la-observacion/

DEBORD, G. E. (1958). Teoría de la deriva. (G. E. DEBORD, Ed.) Internationale Situationniste , 1 (2), 19-23.

FRANZ, C. (2001). La muralla enterrada. Santiago, ciudad imaginaria (Primera Edición ed., Vol. 1). Santiago de Chile, Chile: Grupo editorial planeta.

GÓMEZ VARGAS, J. C. (2003). La señalización del entorno (Primera edición ed., Vol. 1). (C. SERRANO VILLALBA, Ed.) Granada, España.

INTERNATIONALE SITUASIONNISTE. (1958). Definiciones. (G. E. DEBORD, Ed.) Internationale situationniste , 1 (1), 13 - 14.

KOOLHAAS, R. (2008). Espacio Basura (Vol. 1). (J. SAINZ, Trans.) Barcelona, España: Gustavi Gili.

MÉNDEZ LABBÉ, F. (1984). El cálculo pictórico. En Cuatro Talleres de América (Vol. 1, págs. 86 - 104). Valparaíso, Chile: Taller de Investigaciones Gráficas, Escuela de Arquitectura, UCV.

NICOLAÏDES, K. (1969). (1, Ed.) Boston, United States of America: Houghton Mifflin COmpany Boston.

NORBERG-SCHULZ, C. (1980). Genius Loci: Towards a Phenomenology of Architecture (New edition (1 de diciembre de 1980) ed., Vol. 1). New York, United States Of America: Rizzoli International Publications.

PEREC, G. (2001). Especies de espacios (Segunda Edición ed., Vol. 1). (J. CAMARERO, Trad.) Barcelona, España: Editorial Montencinos.

ROWE, C., & KOETTER, F. (1981). Ciudad collage (Vol. 1). (J. BEREMENDI, Ed.) Barcelona, España: Editorial Gustavo Gili.



OTRAS REFERENCIAS







[1] Entre 09:27  y 17:32hrs           (Salida del sol, 6:27am; puesta del sol, 20:32 pm)

[2] «Entre los diversos procedimientos situacionistas, la deriva se presenta como una técnica de paso ininterrumpido a través de ambientes diversos. El concepto de deriva está ligado indisolublemente al reconocimiento de efectos de naturaleza psicogeográfica, y a la afirmación de un comportamiento lúdico-constructivo, lo que la opone en todos los aspectos a las nociones clásicas de viaje y de paseo» (DEBORD, 1958). «La deriva es un modo de comportamiento experimental ligado a las condiciones de la sociedad urbana […]. Se usa también más específicamente para designar la duración de un ejercicio continuo de esta experiencia» (INTERNATIONALE SITUASIONNISTE, 1958)

«Una o varias personas que se entregan a la deriva renuncian durante un tiempo más o menos largo a las motivaciones normales para desplazarse o actuar en sus relaciones, trabajos y entretenimientos para dejarse llevar por las solicitaciones del terreno y por los encuentros que a él corresponden . La parte aleatoria es menos determinante de lo que se cree: desde el punto de vista de la deriva, existe en las ciudades un relieve psicogeográfico, con corrientes constantes, puntos fijos y remolinos que hacen difícil el acceso o la salida de ciertas zonas» (DEBORD, 1958)

[3] La Phalène (Falena) toma su nombre de una mariposa nocturna (polilla) que vuela hacia la luz donde se quema. «Es una suerte de Acto o Juego Poético, que se realiza entre varios, en algún lugar de la ciudad o del campo. Pueden participar en ella la gente del lugar o transeúntes. En el grupo debe estar presente, eso sí, un poeta que en cierta medida hace de cabeza. El resultado de la Phalène es algún género de poema, o un hecho plástico» (CRUZ PRIETO, 1993). Es una forma de poesía inspirada en el lema del Conde de Lautreamont "la poesía debe ser hecha por todos".

Transcribimos a continuación el relato de Favio Cruz Prieto de una conocida Phalène realizada en Francia:

« […] voy a contarles, lo que ocurrió en una Phalène hace ya mucho tiempo, en Francia, cuyo relato conocí (yo no estaba allí). […] Yendo por el campo francés, no lejos de París, en dos autos, va el grupo de unas 8 personas que se habían dado cita para realizarla.
En un momento dado, ante una peculiar luminosidad que se produce en una loma, uno de los participantes pide detenerse (regla de Phalène), para realizar el acto poético. Se bajan de los autos y avanzan por la loma; tras la pendiente, en medio del campo arado, aparece un árbol solitario.
Van hacia él, y lo rodean formando un círculo. Allí los poetas que participan recitan, de memoria, algunos poemas. Dice el relato que “elogian” así al árbol. Luego el Poeta que hace de cabeza, pide a los tres artistas plásticos que participan, que hagan ellos también, desde su oficio, algún signo (este será su modo de Elogiar). No teniendo ningún medio entre sus manos, y en la urgencia del acto poético y en medio de su silencio, cogen una piedra relativamente grande que está cerca, la trasladan, la levantan y la colocan aprisionada entre los ganchos que se abren del tronco.
Entonces, dice el relato, los que estaban ahí quedaron perplejos, anonadados, atónitos, porque “vimos al árbol como por primera vez”» (CRUZ PRIETO, 1993)

Uno de esos artistas plásticos participantes de tal Phalène era Francisco Méndez Labbé  quien aporta algunos detalles mas:

«Estábamos una mañana, bastante fría, en un campo de Francia, en los alrededores de Veselay, llevados por la invitación del poeta Godofredo Iommi […]. Éramos varias personas: poetas, filósofos, intelectuales, yo y otro pintor.
Estábamos en medio de un campo recién labrado, de oscuro color tierra de Siena tostada, rodeado de leves lomajes que extendían la suave campiña francesa en tonos verdes, celestes, amarillos claros.
En medio de esta extensión se alzaba un árbol grande de forma bastante precisa, un ciruelo.
Se hace la ronda poética alrededor del árbol; los poetas nos invitan a la ronda, y terminado el acto, Godofredo Iommi se dirige a nosotros dos, los pintores, y nos dice: «Bueno, ahora les toca a ustedes», y nosotros ahí al medio. Entre que nos bajó la furia —¿cómo nos pide que hagamos algo, sin pinturas, sin telas? ¿qué se hace? En medio de nuestra desesperación, nos acercamos al árbol, yo veo una gran piedra blanca, enorme. Le pido a mi amigo pintor, que nos ayude a ponerla arriba del árbol, donde se bifurcan las ramas. La colocamos, nos alejamos un poco para ver el efecto, y vemos que había aparecido algo. La piedra arriba en el árbol, el hecho insólito que estuviese allí donde estaba, daba cuenta de la aparición de un hecho plástico. No sólo nosotros dos, sino todos los que estaban allí, lo reconocieron.
Le sacamos fotografías, y todo el que las ha visto hasta hoy día, también lo reconoce.
Cuando descubrí la piedra, estaba todavía en el entendido convencional de la pintura. El ciruelo podía ser mi caballete, la piedra el soporte sobre el cual trataría de insertar algún signo.
Pero cuando la levanté y la pusimos ahí arriba, se impuso por sí misma que quedara así y que no iba a ser otra cosa que lo que había ahí.
Se había producido el transcurso o el paso de una relación entre una situación que quería ser pictóricamente convencional a una situación pictórica albergada por la poesía.
Y sólo puede haber aceptación de este transcurso, cuando la pintura tiene un horizonte, o como dice Braque, un objetivo, que es «lo poético». (MÉNDEZ LABBÉ, 1984)

[4] «El invunche o imbunche, del mapudungun ifünche, es un ser de la mitología mapuche y chilota. Es un «monstruo originado en un ser humano que los brujos tienen como custodio de sus cuevas y como patriarca de sus aquelarres» (CÁRDENAS ÁLVAREZ, 1998). «Por extensión, se amplió al invunchaje y el invunchar aplicándose conceptualmente por ejemplo, a un nudo Giordano, o a la relación incestuosa de piezas urbanas, como lo hace Carlos Franz en «La muralla enterrada» (FRANZ, 2001). Es entonces el imbunche, abstraído ya del ser mitológico, un concepto que denota una operación por mutación y/o collage, por deformación y/o adición, por supresión  y/o reemplazo. Una operación incestuosa y controvertible, intencionada y promovida por algunos que impresiona y afecta a otros» (CÁRCAMO PINO, 2015).

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